Por: M. José Cicero
La naturaleza es imprescindible para la vida humana y sus relaciones, que ha de ser protegida y cuidada con responsabilidad, conservándola y restaurándola para que puedan disfrutar de ellos las futuras generaciones.
Es esencial cuidar la naturaleza evitando el despilfarro y la explotación irresponsable de sus recursos.
Nos comprometemos a proteger al medio ambiente mediante el buen uso de los recursos naturales y aprovechar todos los medios disponibles para que nuestras acciones favorezcan la sustentabilidad.
Todos tenemos derecho a vivir en un lugar limpio, saludable y además la obligación de promoverlo.
Nos comprometemos a prevenir la contaminación de los ecosistemas, gestionar correctamente los residuos que generemos y ser promotores de un ambiente sano para todos.
Se necesita el acuerdo entre las fuerzas políticas y económicas de todos los países a fin de promover un desarrollo sustentable, de manera que hagamos uso de nuestro potencial sin poner en riesgo el bienestar de nuestro planeta.
Nos disponemos en buscar soluciones adecuadas que garanticen un desarrollo sustentable y equitativo en beneficio del planeta.
Gran parte de los daños que el hombre produce en contra de la naturaleza son causados por el uso excesivo de recursos.
Nos comprometemos a evitar que nuestras acciones sobre utilicen los recursos y a fomentar una cultura de respeto al medio, a través del dialogo y la comunicación.
Todos los seres vivientes merecen respeto.
Asumimos la responsabilidad de respetar a los seres vivos y promover su defensa.
Atentamente.
M. José Cicero
martes, 26 de octubre de 2010
martes, 19 de octubre de 2010
Valor económico
Por: M. José Cicero
El mundo de la economía está constituido por una serie de relaciones personales que tienen como objetivo inmediato ? y no como fin último ? el intercambio de bienes. Es verdad que la relación económica tiene su propia estructura y valores específicos, pero no deja de ser ante todo una forma de relación interpersonal.
Los bienes que poseemos son para compartirlos con los demás, no para disfrutarlos desde el egoísmo, según una visión materialista y consumista de la vida.
Nos comprometemos al correcto, social y ético uso de nuestros bienes materiales según una escala de valores que nos vincule social y solidariamente sin perjudicar al desarrollo económico.
Hay que relacionar el crecimiento económico con el desarrollo humano ? no hay verdadero crecimiento económico si perjudica las relaciones humanas.
Somos favorables a la difusión de nuevos criterios de evaluación (ambiental, social, etc.) que permitan relacionar el crecimiento económico con el crecimiento humano, como a la creación de entes económicos que acudan no solo a la producción de bienes materiales, sino que también fomenten y beneficien las relaciones entre personas.
La pobreza extrema y el consumo excesivo, debidos a la mala distribución de la riqueza y a la desigualdad de oportunidades son una injusticia. El amor al prójimo lleva a revisar nuestros propios niveles de consumo, necesidades y posesiones materiales.
Seremos conscientes de que todo tiene su coste, que este puede ser muy alto y recaer en perjuicio de otras personas.
Así podremos defender y promover la solidaridad y la fraternidad, considerando honestamente la dignidad de las personas y de las relaciones humanas por encima del dinero o de las relaciones económicas.
La solidaridad y la fraternidad nos inducen a buscar nuevos caminos creativos para la vida empresarial y la producción de bienes materiales.
Queremos trabajar a fin de re-imaginar la vida empresarial basada en el servicio para el bien común, en nuevas formas de distribución de ayudas, en la reciprocidad de acogida, la responsabilidad creativa y la participación de todos.
Es un prejuicio común que la riqueza de unos dependa de la pobreza de otros y en un negocio no se pueda practicar la ética y los valores.
Nos comprometemos a fomentar que el motor de la economía sea el vínculo de comunión y de confianza entre las personas, en el respeto de la ética y los valores humanos y no la competición exasperada.
Atentamente.
M. José Cicero
El mundo de la economía está constituido por una serie de relaciones personales que tienen como objetivo inmediato ? y no como fin último ? el intercambio de bienes. Es verdad que la relación económica tiene su propia estructura y valores específicos, pero no deja de ser ante todo una forma de relación interpersonal.
Los bienes que poseemos son para compartirlos con los demás, no para disfrutarlos desde el egoísmo, según una visión materialista y consumista de la vida.
Nos comprometemos al correcto, social y ético uso de nuestros bienes materiales según una escala de valores que nos vincule social y solidariamente sin perjudicar al desarrollo económico.
Hay que relacionar el crecimiento económico con el desarrollo humano ? no hay verdadero crecimiento económico si perjudica las relaciones humanas.
Somos favorables a la difusión de nuevos criterios de evaluación (ambiental, social, etc.) que permitan relacionar el crecimiento económico con el crecimiento humano, como a la creación de entes económicos que acudan no solo a la producción de bienes materiales, sino que también fomenten y beneficien las relaciones entre personas.
La pobreza extrema y el consumo excesivo, debidos a la mala distribución de la riqueza y a la desigualdad de oportunidades son una injusticia. El amor al prójimo lleva a revisar nuestros propios niveles de consumo, necesidades y posesiones materiales.
Seremos conscientes de que todo tiene su coste, que este puede ser muy alto y recaer en perjuicio de otras personas.
Así podremos defender y promover la solidaridad y la fraternidad, considerando honestamente la dignidad de las personas y de las relaciones humanas por encima del dinero o de las relaciones económicas.
La solidaridad y la fraternidad nos inducen a buscar nuevos caminos creativos para la vida empresarial y la producción de bienes materiales.
Queremos trabajar a fin de re-imaginar la vida empresarial basada en el servicio para el bien común, en nuevas formas de distribución de ayudas, en la reciprocidad de acogida, la responsabilidad creativa y la participación de todos.
Es un prejuicio común que la riqueza de unos dependa de la pobreza de otros y en un negocio no se pueda practicar la ética y los valores.
Nos comprometemos a fomentar que el motor de la economía sea el vínculo de comunión y de confianza entre las personas, en el respeto de la ética y los valores humanos y no la competición exasperada.
Atentamente.
M. José Cicero
domingo, 17 de octubre de 2010
Valor del bien común
Por: M. José Cicero
El hombre está marcado por la necesidad de comunión con los demás para crear una comunidad más amplia donde todos puedan contribuir al bien común y beneficiarse de él; una participación amplia, libre y responsable de las personas en la vida comunitaria y una autoridad capaz de dar unidad y dirección a las energías de todos, no de forma déspota, sino con un auténtico espíritu de servicio.
La autoridad, en todas sus manifestaciones, debe basarse en un auténtico espíritu de servicio y autoridad moral.
Nos comprometemos a ejercer nuestras tareas en la sociedad guardando siempre el bien de los demás con verdadero espíritu de responsabilidad.
También creemos que es de justicia agradecer el buen uso del poder, máxime cuando suponga un servicio duro y poco valorado.
Como la sociedad es de todos, aunque algunos hayan sido elegidos para administrarla, cada uno tiene el derecho de participar en las decisiones comunes. Por otro lado, la participación es también un deber, en la medida que sea posible debemos tomar parte en la vida de la comunidad con sentido de responsabilidad.
Nos esforzaremos por crear espacios de auténtica participación y fomentar la corresponsabilidad en todo lo que atañe la vida común. En este sentido valoramos la democracia como forma de gobierno más participativa.
que favorezca que los jóvenes puedan tener oportunidades de crecimiento según su desempeño.
Nos comprometemos a ser actores del cambio positivo en los ambientes donde vivimos, no limitándonos a las críticas sino más bien proponiendo soluciones constructivas en todos los órdenes.
Las instituciones no pueden ser un fin en sí mismas sino que deben orientarse a alcanzar el bien común respetando y promoviendo los valores humanos esenciales, siempre vinculados a una responsabilidad moral y al servicio a la comunidad.
Consideramos que no deberían invadir la libertad de las personas y de las comunidades, sino actuar en la perspectiva del principio de subsidiariedad.
Creemos que el bien común, es una expresión de amor y de servicio dedicado a los demás.
Atentamente.
M. José Cicero
El hombre está marcado por la necesidad de comunión con los demás para crear una comunidad más amplia donde todos puedan contribuir al bien común y beneficiarse de él; una participación amplia, libre y responsable de las personas en la vida comunitaria y una autoridad capaz de dar unidad y dirección a las energías de todos, no de forma déspota, sino con un auténtico espíritu de servicio.
La autoridad, en todas sus manifestaciones, debe basarse en un auténtico espíritu de servicio y autoridad moral.
Nos comprometemos a ejercer nuestras tareas en la sociedad guardando siempre el bien de los demás con verdadero espíritu de responsabilidad.
También creemos que es de justicia agradecer el buen uso del poder, máxime cuando suponga un servicio duro y poco valorado.
Como la sociedad es de todos, aunque algunos hayan sido elegidos para administrarla, cada uno tiene el derecho de participar en las decisiones comunes. Por otro lado, la participación es también un deber, en la medida que sea posible debemos tomar parte en la vida de la comunidad con sentido de responsabilidad.
Nos esforzaremos por crear espacios de auténtica participación y fomentar la corresponsabilidad en todo lo que atañe la vida común. En este sentido valoramos la democracia como forma de gobierno más participativa.
que favorezca que los jóvenes puedan tener oportunidades de crecimiento según su desempeño.
Nos comprometemos a ser actores del cambio positivo en los ambientes donde vivimos, no limitándonos a las críticas sino más bien proponiendo soluciones constructivas en todos los órdenes.
Las instituciones no pueden ser un fin en sí mismas sino que deben orientarse a alcanzar el bien común respetando y promoviendo los valores humanos esenciales, siempre vinculados a una responsabilidad moral y al servicio a la comunidad.
Consideramos que no deberían invadir la libertad de las personas y de las comunidades, sino actuar en la perspectiva del principio de subsidiariedad.
Creemos que el bien común, es una expresión de amor y de servicio dedicado a los demás.
Atentamente.
M. José Cicero
sábado, 16 de octubre de 2010
Valor del compromiso
Por: M. José Cicero
No toda la vida de las personas se desarrolla en el interior de una familia o de una sociedad sino que existe toda una serie de nexos intermedios ? desde las simples amistades hasta las formas asociativas más complejas ?
El motor de la historia personal y social es el amor que se ve reflejado en valores y virtudes como la fraternidad, la solidaridad y la atención al prójimo, que nos ayudan a crecer integralmente.
Deseamos fomentar la dignidad de los más necesitados mediante el ejercicio de la solidaridad, llegando a experimentar que todos somos responsables de todos.
El esfuerzo y el cambio personal son dos aspectos clave para el progreso de una civilización.
Nos comprometemos a luchar por conseguir sacar adelante los valores y virtudes más importantes, sin dejarnos abatir por miedos, dificultades, faltas de esperanza y motivación. Somos contrarios a la búsqueda de placer por el placer, de querer resultados sin someterse a sacrificios. Consideramos que los auténticos logros de la vida comportan un esfuerzo personal y comunitario.
Las diferencias de sexo, origen, grupos étnicos, color de piel, creencias religiosas, opiniones, idiomas y culturas son fuente potencial de riqueza.
Nos comprometemos a respetar las diferencias e interesarnos por conocernos unos a otros, sin considerarlas un obstáculo para la convivencia.
Cada persona tiene derecho a la asistencia sanitaria integral, de forma que no quede abandonada o marginada.
Deseamos promover las formas de asistencia y tratamiento o terapia, que realmente respeten la dignidad del ser humano y su bienestar físico, psicológico y espiritual.
El papel de la sociedad civil es promover una cultura de paz y la colaboración a través de la participación activa del mayor número de personas posible, unidas por el vínculo del amor.
Queremos reconocer que la sociedad civil es imprescindible para la gestión de los conflictos sociales (locales, nacionales, internacionales) con técnicas no violentas y que busquen la justicia social y la equidad.
IV. 6. El deporte, el arte y la cultura son ámbitos vitales donde ofrecemos a los demás los dones que hemos recibido y nos desarrollamos como personas.
Nos comprometemos a hacer uso creativo de nuestras capacidades para hacer felices a los demás, entregando lo mejor de cada uno con honestidad y autenticidad.
Atentamente.
M. José Cicero
No toda la vida de las personas se desarrolla en el interior de una familia o de una sociedad sino que existe toda una serie de nexos intermedios ? desde las simples amistades hasta las formas asociativas más complejas ?
El motor de la historia personal y social es el amor que se ve reflejado en valores y virtudes como la fraternidad, la solidaridad y la atención al prójimo, que nos ayudan a crecer integralmente.
Deseamos fomentar la dignidad de los más necesitados mediante el ejercicio de la solidaridad, llegando a experimentar que todos somos responsables de todos.
El esfuerzo y el cambio personal son dos aspectos clave para el progreso de una civilización.
Nos comprometemos a luchar por conseguir sacar adelante los valores y virtudes más importantes, sin dejarnos abatir por miedos, dificultades, faltas de esperanza y motivación. Somos contrarios a la búsqueda de placer por el placer, de querer resultados sin someterse a sacrificios. Consideramos que los auténticos logros de la vida comportan un esfuerzo personal y comunitario.
Las diferencias de sexo, origen, grupos étnicos, color de piel, creencias religiosas, opiniones, idiomas y culturas son fuente potencial de riqueza.
Nos comprometemos a respetar las diferencias e interesarnos por conocernos unos a otros, sin considerarlas un obstáculo para la convivencia.
Cada persona tiene derecho a la asistencia sanitaria integral, de forma que no quede abandonada o marginada.
Deseamos promover las formas de asistencia y tratamiento o terapia, que realmente respeten la dignidad del ser humano y su bienestar físico, psicológico y espiritual.
El papel de la sociedad civil es promover una cultura de paz y la colaboración a través de la participación activa del mayor número de personas posible, unidas por el vínculo del amor.
Queremos reconocer que la sociedad civil es imprescindible para la gestión de los conflictos sociales (locales, nacionales, internacionales) con técnicas no violentas y que busquen la justicia social y la equidad.
IV. 6. El deporte, el arte y la cultura son ámbitos vitales donde ofrecemos a los demás los dones que hemos recibido y nos desarrollamos como personas.
Nos comprometemos a hacer uso creativo de nuestras capacidades para hacer felices a los demás, entregando lo mejor de cada uno con honestidad y autenticidad.
Atentamente.
M. José Cicero
viernes, 15 de octubre de 2010
Por: M. José Cicero
La forma de trato es un indicador de la calidad de las relaciones humanas a todos los niveles. Según la manera como nos tratemos los unos a los otros construimos una verdadera civilización. Las pasiones humanas son muchas veces las causantes de las injusticias sociales.
La amistad tiene una gran repercusión en la sociedad. Aunque nuestras relaciones personales puedan darse con más intensidad e intimidad con algunas personas, una autentica civilización se fundamenta en el estar abiertos a todos los seres humanos, vinculados como hermanos, a pesar de las diferencias.
Nos comprometemos a vivir nuestras amistades de modo generoso y desinteresado, querer al otro por lo que es y no por lo que nos gustaría que fuera, sin discriminaciones ni prejuicios con respeto y confianza. Nos comprometemos a buscar la unidad, potenciando la comunicación y el diálogo en todos los ámbitos.
Nos comprometemos a promover la cultura del respeto y confianza como solución a gran parte de los problemas, no sólo en las relaciones personales sino también en el ámbito civil y judicial, sabiendo que el respeto exige: un auténtico esfuerzo de cambio en nuestras actitudes y comportamientos.
Hay que defender el valor prioritario de las relaciones humanas, frente a otro tipo de bienes (económicos, materiales, etc.).
Nos proponemos hacer un buen uso del tiempo para crecer en nuestra vida y con las demás personas, sin permitir que las prisas, el afán, la necesidad de ser eficaces y productivos merme las relaciones humanas.
.
Nos comprometemos a practicar el valor del respeto a cada una de las relaciones que establecemos diariamente con todos aquellos que nos rodean.
Atentamente.
M. José Cicero
La forma de trato es un indicador de la calidad de las relaciones humanas a todos los niveles. Según la manera como nos tratemos los unos a los otros construimos una verdadera civilización. Las pasiones humanas son muchas veces las causantes de las injusticias sociales.
La amistad tiene una gran repercusión en la sociedad. Aunque nuestras relaciones personales puedan darse con más intensidad e intimidad con algunas personas, una autentica civilización se fundamenta en el estar abiertos a todos los seres humanos, vinculados como hermanos, a pesar de las diferencias.
Nos comprometemos a vivir nuestras amistades de modo generoso y desinteresado, querer al otro por lo que es y no por lo que nos gustaría que fuera, sin discriminaciones ni prejuicios con respeto y confianza. Nos comprometemos a buscar la unidad, potenciando la comunicación y el diálogo en todos los ámbitos.
Nos comprometemos a promover la cultura del respeto y confianza como solución a gran parte de los problemas, no sólo en las relaciones personales sino también en el ámbito civil y judicial, sabiendo que el respeto exige: un auténtico esfuerzo de cambio en nuestras actitudes y comportamientos.
Hay que defender el valor prioritario de las relaciones humanas, frente a otro tipo de bienes (económicos, materiales, etc.).
Nos proponemos hacer un buen uso del tiempo para crecer en nuestra vida y con las demás personas, sin permitir que las prisas, el afán, la necesidad de ser eficaces y productivos merme las relaciones humanas.
.
Nos comprometemos a practicar el valor del respeto a cada una de las relaciones que establecemos diariamente con todos aquellos que nos rodean.
Atentamente.
M. José Cicero
jueves, 14 de octubre de 2010
Valor de la comunicación
Por: M. José Cicero
La información requiere veracidad y transparencia a todos los niveles, en contra de cualquier tipo de manipulación e instrumentalización.
Nos esforzaremos por buscar la verdad en cada forma de comunicación, evitando la mentira y el egoísmo. Creemos que la verdad, por otro lado, siempre tiene que estar unida a la caridad, no sólo en los contenidos sino también en la forma como nos expresamos.
Dar y recibir la información es un deber ? no se pueden ocultar noticias para condicionar las opiniones y las decisiones de los demás ? y un derecho humano ? cada uno tiene derecho a expresar su opinión, dentro del respeto mutuo.
Nos comprometemos a defender la libertad de palabra y de opinión, siempre que sea dentro de un respeto a los demás, sin ceder a la tentación del control de la información y de las conciencias, dictada por el afán de poder.
Los medios de comunicación, instrumentos muy importantes para el desarrollo humano, tienen que ser accesibles para todos garantizando la diversidad de perspectivas dentro de un marco ético
Nos comprometemos a promover una administración responsable de los medios tecnológicos a nuestra disposición, para que estén al alcance de todos y puedan cumplir su función de fomentar relaciones y cultivar positivamente a la persona no crear barreras y divisiones.
Algunos aspectos del uso de la televisión, el ordenador, el teléfono y el Internet perjudican nuestra calidad de vida. Pensamos que controlamos estos medios, pero en realidad muchas veces nos aprisionan en un contexto de mensajes vacíos y superficiales.
Nos comprometemos a hacer un uso responsable y crítico de los medios de comunicación, no permitiendo que nos esclavice sino que sirvan realmente a nuestra realización personal y social.
Atentamente.
M. José Cicero
La información requiere veracidad y transparencia a todos los niveles, en contra de cualquier tipo de manipulación e instrumentalización.
Nos esforzaremos por buscar la verdad en cada forma de comunicación, evitando la mentira y el egoísmo. Creemos que la verdad, por otro lado, siempre tiene que estar unida a la caridad, no sólo en los contenidos sino también en la forma como nos expresamos.
Dar y recibir la información es un deber ? no se pueden ocultar noticias para condicionar las opiniones y las decisiones de los demás ? y un derecho humano ? cada uno tiene derecho a expresar su opinión, dentro del respeto mutuo.
Nos comprometemos a defender la libertad de palabra y de opinión, siempre que sea dentro de un respeto a los demás, sin ceder a la tentación del control de la información y de las conciencias, dictada por el afán de poder.
Los medios de comunicación, instrumentos muy importantes para el desarrollo humano, tienen que ser accesibles para todos garantizando la diversidad de perspectivas dentro de un marco ético
Nos comprometemos a promover una administración responsable de los medios tecnológicos a nuestra disposición, para que estén al alcance de todos y puedan cumplir su función de fomentar relaciones y cultivar positivamente a la persona no crear barreras y divisiones.
Algunos aspectos del uso de la televisión, el ordenador, el teléfono y el Internet perjudican nuestra calidad de vida. Pensamos que controlamos estos medios, pero en realidad muchas veces nos aprisionan en un contexto de mensajes vacíos y superficiales.
Nos comprometemos a hacer un uso responsable y crítico de los medios de comunicación, no permitiendo que nos esclavice sino que sirvan realmente a nuestra realización personal y social.
Atentamente.
M. José Cicero
miércoles, 13 de octubre de 2010
Valor educación
Por: M. José Cicero
La educación es la relación que busca la formación integral de la persona, en función de su vocación última y del bien de la familia y de la sociedad. Dota a las personas de las herramientas y aptitudes necesarias para incidir positivamente sobre la propia vida, la de los demás y sobre la sociedad en general.
La educación de la persona no puede ser reductiva o sectorial, sino integral, en cuanto al cuidado y respeto de todas las dimensiones del ser humano (física, psíquica y espiritual).
Nos comprometemos a que nuestras acciones educativas estén siempre enfocadas al acompañamiento y la potenciación de las capacidades de los demás en orden a cumplir aquellas aspiraciones personales que le perfeccionan.
La educación tiene que desarrollar sobre todo el éxtasis de la persona, es decir, su capacidad de ir más allá de sí misma y relacionarse con los demás.
Nos comprometemos a que siempre la generosidad sea el medio y el fin de nuestro actuar en la educación y estamos convencidos que, en este sentido, el buen ejemplo del educador siempre tiene una gran eficacia, aún más que sus palabras y la disciplina que enseña.
La educación formal es un derecho y hay que garantizarla, sin ninguna clase de discriminación.
Nos comprometemos a promover que los niños y jóvenes tengan realmente acceso a la educación escolarizada, sobre todo los más desprotegidos de la sociedad. Asimismo, apoyaremos los esfuerzos por cubrir las carencias educativas de los adultos que lo requieran.
Nos comprometemos a garantizar una educación humanista, científica y solidaria. Conscientes que educando a los niños del presente, no discriminaremos a los hombres del mañana.
Educar es un deber que incumbe a la familia, a la escuela y a la sociedad en general. Los adultos que son modelos y referencia para los menores, merecen gratitud y respeto por su esfuerzo, que es auténtico ejercicio de un amor de generosidad.
Nos comprometemos a que la educación sea adecuadamente valorada y se actúe con verdadero sentido de responsabilidad, cada uno aceptando la tarea que le compete con un sentido de auténtica donación y gratitud y no usurpando el imprescindible papel de la familia.
El estudio tiene que formar a la persona y orientarla en los valores fundamentales, no sólo prepararla para utilizar tecnologías y cubrir las necesidades materiales de la sociedad. Por eso, en el momento de elegir los estudios, cada uno tiene que hacerlo desde el horizonte de su verdadera vocación.
Buscaremos el justo equilibrio entre estudios humanísticos y científico-tecnológicos y promoveremos una investigación académica enfocada a la resolución de problemas que afectan al ser humano, cuidando y evaluando la formación de la persona y no sólo su conocimiento, ayudándole a descubrir su auténtica vocación personal y social.
Atentamente.
M. José Cicero
La educación es la relación que busca la formación integral de la persona, en función de su vocación última y del bien de la familia y de la sociedad. Dota a las personas de las herramientas y aptitudes necesarias para incidir positivamente sobre la propia vida, la de los demás y sobre la sociedad en general.
La educación de la persona no puede ser reductiva o sectorial, sino integral, en cuanto al cuidado y respeto de todas las dimensiones del ser humano (física, psíquica y espiritual).
Nos comprometemos a que nuestras acciones educativas estén siempre enfocadas al acompañamiento y la potenciación de las capacidades de los demás en orden a cumplir aquellas aspiraciones personales que le perfeccionan.
La educación tiene que desarrollar sobre todo el éxtasis de la persona, es decir, su capacidad de ir más allá de sí misma y relacionarse con los demás.
Nos comprometemos a que siempre la generosidad sea el medio y el fin de nuestro actuar en la educación y estamos convencidos que, en este sentido, el buen ejemplo del educador siempre tiene una gran eficacia, aún más que sus palabras y la disciplina que enseña.
La educación formal es un derecho y hay que garantizarla, sin ninguna clase de discriminación.
Nos comprometemos a promover que los niños y jóvenes tengan realmente acceso a la educación escolarizada, sobre todo los más desprotegidos de la sociedad. Asimismo, apoyaremos los esfuerzos por cubrir las carencias educativas de los adultos que lo requieran.
Nos comprometemos a garantizar una educación humanista, científica y solidaria. Conscientes que educando a los niños del presente, no discriminaremos a los hombres del mañana.
Educar es un deber que incumbe a la familia, a la escuela y a la sociedad en general. Los adultos que son modelos y referencia para los menores, merecen gratitud y respeto por su esfuerzo, que es auténtico ejercicio de un amor de generosidad.
Nos comprometemos a que la educación sea adecuadamente valorada y se actúe con verdadero sentido de responsabilidad, cada uno aceptando la tarea que le compete con un sentido de auténtica donación y gratitud y no usurpando el imprescindible papel de la familia.
El estudio tiene que formar a la persona y orientarla en los valores fundamentales, no sólo prepararla para utilizar tecnologías y cubrir las necesidades materiales de la sociedad. Por eso, en el momento de elegir los estudios, cada uno tiene que hacerlo desde el horizonte de su verdadera vocación.
Buscaremos el justo equilibrio entre estudios humanísticos y científico-tecnológicos y promoveremos una investigación académica enfocada a la resolución de problemas que afectan al ser humano, cuidando y evaluando la formación de la persona y no sólo su conocimiento, ayudándole a descubrir su auténtica vocación personal y social.
Atentamente.
M. José Cicero
martes, 12 de octubre de 2010
Valor del trabajo
Por: M.José Cicero
El trabajo no es solamente una actividad ineludible, que procura asegurar la subsistencia del ser humano, sino que da vida a un mundo de relaciones personales y sociales que repercuten en el bienestar de todos y el crecimiento de cada individuo de un modo personal.
El trabajo promueve la dignidad del ser humano y su integración en la sociedad.
El trabajo no es sólo un servicio, es un don que enriquece
El trabajo es un servicio, para que todos - no sólo yo y mi familia - tengan acceso a los bienes necesarios.
Nos comprometemos a promover un espíritu de servicio en nuestro entorno laboral, evitando una visión exclusivamente individualista. Rechazamos la búsqueda de crecimiento profesional a costa de otras personas.
El trabajo es colaboración. No es posible alcanzar resultados auténticamente positivos si no trabajamos en equipo y no compartimos nuestras competencias, capacidades y objetivos.
.
Queremos vivir y promover una visión auténticamente humana del trabajo, que no nos impida realizar nuestra vocación más profunda, disfrutar del aquí y el ahora y de la belleza de lo que nos rodea y de las personas con las que convivimos.
Atentamente.
M. José Cicero
El trabajo no es solamente una actividad ineludible, que procura asegurar la subsistencia del ser humano, sino que da vida a un mundo de relaciones personales y sociales que repercuten en el bienestar de todos y el crecimiento de cada individuo de un modo personal.
El trabajo promueve la dignidad del ser humano y su integración en la sociedad.
El trabajo no es sólo un servicio, es un don que enriquece
El trabajo es un servicio, para que todos - no sólo yo y mi familia - tengan acceso a los bienes necesarios.
Nos comprometemos a promover un espíritu de servicio en nuestro entorno laboral, evitando una visión exclusivamente individualista. Rechazamos la búsqueda de crecimiento profesional a costa de otras personas.
El trabajo es colaboración. No es posible alcanzar resultados auténticamente positivos si no trabajamos en equipo y no compartimos nuestras competencias, capacidades y objetivos.
.
Queremos vivir y promover una visión auténticamente humana del trabajo, que no nos impida realizar nuestra vocación más profunda, disfrutar del aquí y el ahora y de la belleza de lo que nos rodea y de las personas con las que convivimos.
Atentamente.
M. José Cicero
Suscribirse a:
Entradas (Atom)